
Artículo publicado en el periódico semanal Siete Días de Yecla, el 15-10-2009.
Muchas voces críticas, a las que nos sumamos, tildan como “el timo de la infraestructuras” el descomunal engaño que supone la construcción desbocada y sin límites de más y más vías de alta capacidad (autovías, autopistas y trenes de alta velocidad) en nuestro país, como redentoras de todos los males que nos afectan, incluidos los derivados de la actual crisis económica. La Comunidad Autónoma de Murcia, apoyada por ayuntamientos como el de Yecla, llevan desde 2007 sumergidos en este proceso estúpido, vendiéndonos una segunda autovía para nuestro municipio, la de Yecla a Santomera, en un acto de brutal despilfarro económico y desprecio ambiental.
Hablar de una nueva autovía, utilizando la falsa etiqueta de sostenibilidad, en un contexto de cambio climático y de crisis de biodiversidad, con un aumento de tasas de emisión de CO2 por el transporte en España de 1990 a 2007 de un 97%, es un ejercicio de cinismo y gran contradicción, que da la espalda a los grandes y graves problemas ambientales y sociales que vive el planeta, y que resta credibilidad a la clase política, en especial cuando piden a los ciudadanos que sean sensibles y ahorren energía, por ejemplo. En qué lúcida mente cabe pensar en seguir haciendo inversiones millonarias en autovías, que no son infraestructuras esenciales, cuando las reservas de petróleo atraviesan su cenit y no hay alternativas energéticas al transporte motorizado, pues las renovables sólo podrán satisfacer en el futuro una pequeña parte de la demanda actual. La transición de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía post-carbono requiere una reducción drástica y dolorosa del consumo energético y una apuesta decidida por las energías renovables. Desde esta perspectiva las nuevas autovías no están justificadas.
En cuanto a los costes ambientales directos y locales de la construcción de la autovía Yecla – Santomera sobresalen: la ocupación de suelo fértil de importante capacidad agrícola, la pérdida de calidad paisajística, el efecto barrera (aislamiento de especies, restricciones a los desplazamientos, inaccesibilidad a recursos y a hábitats) y otras perturbaciones al conjunto de espacios naturales protegidos más extenso del municipio de Yecla (Sierra de Salinas, Serral, Pansas y Carche). Un golpe muy duro para estos espacios y un factor limitante para el desarrollo de un gran parque natural que los englobe, lo que acotaría a la vez la aparición de oportunidades para el desarrollo socioeconómico en la zona.
Diversos estudios evidencian que no existe vinculación directa entre el desarrollo económico y social y la construcción de autovías. Si las virtudes que se le asignan a las grandes infraestructuras de transporte fueran ciertas (enorme generación de empleo, dinamización económica…), la situación de España, país con más autovías y autopistas de la UE, debería ser muy distinta a la que es. En lo local, Yecla nunca hubiera desarrollado el nivel industrial que posee. En cualquier caso, para quien lo vea como un motor generador de empleo en tiempos de crisis, se trata de obras poco productivas, en las que se crea escasa mano de obra en relación a la gran inversión.
Pero, ¿por qué desdoblar la actual carretera Pinoso si cuenta con una frecuencia de vehículos ínfima? Intuimos que para descongestionar (temporalmente) la autovía de Alicante A-31, lo que provocará que los vecinos de Yecla reciban gratuitamente mucho más tráfico, contaminación, ruidos, molestias, etc. La confluencia de esta autovía con la A-33 dará lugar en el Hondo del Campo a una transformación del entorno irreversible y sin precedentes.
Entendemos que las políticas de movilidad deben ir orientadas a la reducción de las necesidades de transporte por carretera y no a incentivar más tráfico con la construcción de nuevas vías, como medio para evitar múltiples problemas ambientales, entre ellos el cambio climático. Y a promover mejores servicios de transporte, más eficientes y sostenibles, como el ferrocarril no elitista. Además hay que redireccionar los recursos económicos hacia la sanidad, la educación, el medio natural, la atención social, la investigación…, sectores que sí aportan calidad de vida y más empleo, sin impactos ambientales y con gran beneficio social.
Finalmente, consideramos que el proyecto de autovía Yecla – Santomera debe abandonarse, no es posible seguir incrementando exponencialmente nuestro consumo de materia y energía, nuestros políticos deben ser valientes y plantear a los ciudadanos la verdad de las cosas. Es necesario otro modo de desplazarnos, de organizarnos… en definitiva, de vivir.
Yecla, a 5 de julio de 2009.
José Pujante, miembro Junta Directiva ANIDA