4 de julio de 2009

Culebra de escalera



Durante un paseo por el campo en esta época del año, resulta habitual encontrarse con multitud de reptiles. Entre los ofidios, uno de los más frecuentes que podemos observar es la culebra de escalera (Rhinechis scalaris).

La culebra de escalera debe su nombre al particular diseño de su dorso, formado por dos rayas longitudinales y numerosas bandas transversales que forman un dibujo semejante a una escalera. En los ejemplares de más de cuatro o cinco años los "peldaños" van desapareciendo y el color de la piel se oscurece y presenta un tono más marrón, aunque esto puede variar dependiendo del tiempo que haya transcurrido desde la última muda. Esta culebra, si bien no es la de mayor tamaño que podemos encontrar, puede superar el metro y medio de longitud en individuos longevos.

Carece de un dispositivo inoculador de veneno y toda la dentición es del mismo tamaño, características que la clasifican en el grupo de los ofidios aglifos. El veneno que tiene se mezcla con la saliva y actúa como enzima digestivo.

Su alimentación se compone de micromamíferos y aves y excepcionalmente de invertebrados y de otros reptiles. Es una buena trepadora, capaz de subir a arbustos y árboles a la búsqueda de presas.

Forma parte de la dieta de otros predadores, entre los que destaca la culebrera europea (Circaetus gallicus), aunque sus principales amenazas son la pérdida de hábitat y los atropellos sufridos por el tráfico rodado en carreteras y caminos


Texto y fotografías: Oscar Marco




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