En contestación al artículo de Rafael López Prats sobre “culebras y culebrones” en Siete Días, el pasado jueves 1 de julio quisiera hacer algunas consideraciones. Señor Prats, su campaña de desprestigio a ANIDA constituye un episodio más de este lamentable y grotesco incidente. ANIDA realizó, en su momento, una valoración de los hechos, aclaró que no hay culebras que supongan un riesgo para la población y pidió la apertura de una investigación a las administraciones competentes. Hemos mostrado respeto -cualidad de la que usted carece en su artículo- hacia Protección Civil en nuestro comunicado de prensa y declaraciones en la radio. Terrible y craso error el nuestro, según se desprende de las palabras del iluminado señor Prats, parece que lo honesto por parte de ANIDA hubiera sido aplaudir y alentar públicamente los hechos para finalmente conceder la Medalla de Oro al Mérito por tan aparatosa hazaña, no sin antes exclamar ¡oh! ¡gran epopeya!. Lamento no compartir esta opinión y le pido disculpas humildemente. Las personas que desde ANIDA y otras asociaciones nos preocupamos, de forma voluntaria y sin cobrar un duro, por el medio ambiente no nos merecemos que personajes como usted defiendan o justifiquen este tipo de conductas.
Dicho esto, no llego a entender su particular ensañamiento con ANIDA, no puedo concebir, señor López, cómo se puede usted permitir creerse a pies juntillas -sin ejercer la más mínima crítica- el relato de unos hechos que parecen más bien sacados de las aventuras de Sandokán en la India o Malasia. ¿Cómo puede el señor Prats, que es abogado, guiado por sus impulsos primarios, pasarse por el forro y mofarse de la Ley 7/1995, de 21 de abril, de Fauna Silvestre de la Región de Murcia? ¿Cómo puede, alguien como usted, justificar la exhibición pública de tal proeza, como si de trofeos de caza o un circo medieval se tratara, desde una asociación que ha recibido, por ejemplo, ayudas económicas del programa de “Voluntariado Ambiental” de la obra social de la CAM?
La historia o gesta épica con tintes de heroicidad que usted, señor Prats, ampara con su verborrea cínica, superflua e insustancial, carece de fundamento científico y es propia de leyendas rurales. Ninguna culebra de la fauna murciana presenta esos “peculiares” comportamientos. Se trata de animales totalmente inofensivos que sólo muestran cierta agresividad cuando son manipulados o se sienten amenazados.
Ciertamente usted ha contribuido, con sus “inocentes reflexiones” y “lengua viperina”, a oxigenar un relato propio de la literatura oriental dando rienda suelta a su ego y fantasías demagógicas al abrigo de su habitual columna periodística.
No, señor Prats, no dé lecciones al resto de la humanidad, no existen en Yecla culebras de 10 cms. de grosor, ni escupen, ni se elevan a la altura de un ser humano, ni persiguen por sorpresa a voluntarios. Señor Prats, el terror no merodea a la vuelta de cualquier matorral de monte, sino más bien a la vuelta de cualquier columna periodística como la suya.
¡Manda huevos!
Carmelo Lara Soler. ¡Solo son opiniones!
Artículo publicado en Siete Dias Yecla el día 08/07/2010, excepto la coletilla final que no han considerado incluir.
Informativos TeleYecla
El enlace ese que habeis puesto de TeleYecla es bastante aclaratorio y da respuesta a algunas preguntas
ResponderEliminarEl enlace ese que habeis puesto de TeleYecla es bastante aclaratorio y da respuesta a algunas preguntas
ResponderEliminar1º- Al anonimo que no pone su nombre y cuando lo pone es para criticar: pon tu nombre/seudonimo y se valiente.
ResponderEliminar2º- Tanto por parte de Proteccion Civil, con su comunicado de la invasion de culebras y todo lo que pasó, como los "ecologistas radicales" que hablan poniendo el grito en el cielo como si ellos nunca se hubieran equivocado, sin olvidarme del abogado que ha rizado el rizo con su publicacion: TODOS OS HABÉIS PASADO TRES PUEBLOS. A ver si desatascais un poco la empatia y os poneis en el lugar de los demas, porque los de Proteccion Civil se podian haber puesto en el lugar de las culebras, despues dieron el comunicado, sin pensar en que alentarian la muerte de mas bichos inocentes del campo; los "eco-radicales" podrian pensar que los voluntarios se llevarian un susto de muerte (por mucho que sea una inofensiva culebra, sigue siendo una culebra); y el abogado que se podria haber tomado una tila y quitar hierro a la cosa sin convertirlo en un circo.
¡TIRÓN DE OREJAS A TODOS!