En los últimos meses se ha abierto en Yecla el debate sobre el nuevo Plan General Municipal de Ordenación, elemento clave en el desarrollo de nuestro municipio y oportunidad manifiesta de orientarlo hacia la sostenibilidad y el equilibrio ambiental, conjugándolo con el desarrollo necesario para la creación de empleo estable, la habitabilidad y el mantenimiento de la calidad de vida de todos sus ciudadanos.
Esencialmente, dicho Plan, ha de responder a las demandas y necesidades de las personas que habitan nuestra ciudad, a las previsiones de crecimiento ordenado y suficiente y, como elemento novedoso, a conformarse como un Plan Sostenible y equilibrado ambientalmente que preserve el paisaje y los sistemas agrícolas y naturales, que proponga un uso racional de los recursos naturales (agua, suelo, energía…), que conforme una ciudad que facilite el intercambio y la comunicación de los ciudadanos, que apueste por una movilidad distinta a la motorizada, que programe una ciudad multifuncional, heterogénea y diversa. No se pueden seguir planteando modelos caducos y fracasados que anteponen intereses particulares o muy parciales al interés general, expresión esta última que viene siendo utilizada de manera fraudulenta para justificar lo que son intereses plenamente particulares y ajenos a los de la colectividad.
Como botón de muestra, hay que señalar la pretensión de abrir la puerta en dicho Plan a las tan traídas y llevadas urbanizaciones fuera del casco urbano y a la vez afirmar que se pretende un modelo de ciudad compacta, siendo esto totalmente excluyente, si la ciudad es compacta, no hay núcleos dispersos y si estos se autorizan, estaremos ante otro modelo, el de ciudad difusa.
Pero, ¿Qué suponen estas urbanizaciones?, ¿Responden a una necesidad de los ciudadanos de Yecla o a negocios particulares? ¿Son sostenibles ambiental y socialmente?, ¿Quién o quienes se benefician directamente de su realización? y ¿Qué conflictos y problemas traerán asociadas a su ubicación?.
Muchos interrogantes y escasas respuestas, no se puede seguir afirmando consciente o inconscientemente que las urbanizaciones son “una oportunidad” o el “futuro” como forma y manera de sesgar y parcializar un debate que ha de ser obligatoriamente y por fuerza mucho más amplio, que dé respuesta a los interrogantes antes planteados y sobre todo que impida construir un futuro para Yecla basado en la depredación irracional de los recursos naturales (suelo, agua, paisaje), en un conflicto social de importantes dimensiones por la saturación de los servicios sanitarios, educativos y sociales, producido por la llegada masiva de población foránea, previsiblemente pertenecientes a la tercera edad y provenientes de países europeos, demandantes de dichos servicios (especialmente los sanitarios y sociales).
Nuestra comarca, presenta hoy un importante déficit hídrico, sobre unos recursos en permanente merma, lo que está suscitando problemas graves en zonas agrícolas de regadío, pérdida de fuentes y manantiales naturales y una cada vez más evidente amenaza sobre la propia agua que utilizamos para el abastecimiento urbano. Ante esta situación, lejos de establecerse planes y modelos de crecimiento que tiendan a equilibrar el déficit, se pretende favorecer la aparición de urbanizaciones, dotadas de campos de golf, jardines y piscinas privadas, y ¡hasta un aquapark!. Lo podrán hacer si quieren (en toda la región de Murcia lo están haciendo) pero, ¿Cuánto durará el modelo?, cuando agoten el agua y la vida sea inviable ¿vendrán los promotores y urbanizadores a solucionar el problema?, o estos una vez recogidos los generosos beneficios ¿desaparecerán de escena dejándonos con un problema irresoluble y sin futuro?
Abramos pues el debate, dejémonos de demagogias y frasecitas hechas, baratas e irresponsables e internémonos por la senda del debate racional, sereno y de futuro que Yecla necesita. De todos y cada uno de nosotros depende.
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