24 de abril de 2007

Castillarejos y Algezares

A veces pienso que si volviera a nacer, volvería a ser naturalista, en el sentido etimológico de la palabra: aquel que ama, siente y respeta la naturaleza, que le lleva a observarla, estudiarla, cuidarla… y la naturaleza es siempre tan agradecida. Nos sorprende continuamente con pequeños o grandes detalles, incluso en parajes tan trillados… se deja y es tan fácil llegar a ella, acercarte, muchas veces sin movernos de casa. Es verdad, que echando la vista atrás todo parecía más facil, más ilusionante…la sorpresa de la novedad, del desconocimiento, del qué será,… era la deshumanización de los campos y montes la que te hacía ver más especies o era que como nunca habíamos visto ninguna, unas pocas eran muchas. Al principio eran aves y mamiferos (influenciado como tantos otros por el Dr. Felix R. de la Fuente), ahora despierta en mí plantas e insectos y todo vuelve a ser desconocido, desconcertante, sorpresivo. La Naturaleza es magia, es erotismo, es feliciddad, es… todo. Al amigo Antonio Garcia que me “picó”, más aún si cabe, a las orquideas. Y ya van 3 ½ en este paraje; en una pequeña rambla y acompañada de esparto y otras oprhys ahí estaba la O.lutea con sus flecos amarillos, en pequeños corrillos. Ya florece el lino azul (Linum narbonense), otras azules como viboreras (Echium creticum) ya están presentes, los aladiernos ya están con sus drupas oscuras variando del rojo al negro, los calderones rezuman agua de las pasadas y presentes lluvias, una lagarta ocelada (Larceta lepida) sestea en la pista que han abierto las bicis de montaña, en lo alto el cernicalo vulgar chilla en el firmamento, se ven las primeras langostas adultas (Locusta migratoria), tipulas (Tipula maxima), mariposas como la cejialba (C. rubi) o la falsa abencerraje (Pseudophilotes panoptes)… Castillarejos, Algezares 21-abril-2007
J. Ramón Díaz Juan




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