Pequeña semblanza de un fin de semana
Una naturaleza abierta más a la mochila. El sábado nos personamos en la plaza de toros los valientes a pisar la arena, en este caso, miocénica, compactada en apenas 15 millones de años, dando esa forma de queso de gruyere que es el Monte Arabí. Corrió la didáctica a cargo de Pujante y José R. bragados naturalistas viéndose en el desliz de las pinturas veladas por quien sabe desatinos administrativos. El día que pintaba del lado oscuro tuvo un buen devenir y todo fue dentro de lo que cabe miel sobre hojuelas. Ah, otra cosa fue el domingo. Si bien éramos más los dichosos por descubrir los entresijos del laureado monte, el dios Eolo se ocupaba de perder las palabras en tan excelsa ágora. De solventarlo se ocupaba el encantador de palabras, Daniel, engatusándote, y llevándote por lo vericuetos de las eras geológicas, aunque nos perdiéramos en los nombrecillos. Merecido lugar tiene también el presidente de la asociación que nos rememoró las dificultades por las ha pasado el monte hasta pasar a dominio municipal y una futurible determinación de Monumento Natural de la que se le quiere envolver. Así y todo terminó con unas fantásticas gachasmigas y su consiguiente acompañamiento entre los socios de ANIDA, eso sí, a resguardo, no hacía aire de estar sin techo. Gracias Maite y familia.
Organización: ANIDA
Coordinación: J. M. Esteban, J. R. Díaz.
Colaboración: J. Pujante, F. Rico, R.Cortés. O. Marco y C. Lara.
Colaboración especial: Daniel Andrés.
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