Por fin llegaron las ansiadas lluvias, de forma cadenciosa pero pertinaz y ya son unos cuantos litros los que están recargando nuestros acuíferos, pero no con la velocidad que lo son en vaciarlos. A pesar de ello no deja de ser espectacular acercarse a una de las tantas ramblas que horadan nuestro terruño para ver bajar esos rios de lodos y limos que fertilizaran las distintas vegas. En estas fotografías nos detenemos en la Rambla de Jumilla una de las mayores del término. Mientras su fauna se cobija baja las exiguas plantas y arbolillos, y nuestra fauna gasterópoda huye a toda baba de las manos recoleptoras. Un saludo y feliz lluvia.
Rambla de Jumilla. Mayo 2008
Texto y fotos: Jose R. Díaz
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