25 de noviembre de 2007
Editorial Revista Athene 2007
El cambio climático es una realidad inequívoca, contrastada científicamente, cuyo responsable es el ser humano, que tendrá también consecuencias en nuestra región y en nuestro municipio, y al que tenemos que hacer frente a escala local con medidas urgentes. Pese a su gravedad y a la difusión por los medios de comunicación de los efectos que tendrá sobre el planeta, todavía existe un gran abismo entre la realidad y la percepción que tienen la gran mayoría de los ciudadanos, para ellos el cambio climático no es un problema prioritario por el que preocuparse seriamente. Una muestra es el uso desproporcionado que los yeclanos hacen del vehículo motorizado, causante del 24% de las emisiones de CO2 en España (las emisiones del transporte ha supuesto en 2005 un 83% más de gases efecto invernadero que en 1990), en un escenario en el que se estima que más de la mitad de los desplazamientos que se realizan son prescindibles. El Informe IV del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) constata que los cambios en los estilos de vida y en los comportamientos pueden contribuir a la mitigación del cambio climático en todos los sectores.
Pero la sensibilidad social no es suficiente para frenar los efectos del cambio climático, las administraciones públicas juegan un papel esencial que de momento no están asumiendo en la medida que les corresponde, todo lo contrario, se sigue propiciando un crecimiento continuo y despilfarrador, lo opuesto a un modelo de desarrollo sostenible que contribuya a aliviar los efectos del calentamiento global. Las perspectivas son el desarrollo de políticas abiertamente cortoplacistas, contrarias a la contención de emisiones, ejemplos varios, tanto por acción como por omisión los tenemos muy cerca: la dedicación de buena parte de los presupuestos públicos a infraestructuras para favorecer el transporte motorizado, como es el proyecto de autovía de Yecla a Santomera; no existe todavía en Yecla ningún Plan de Movilidad Sostenible pese al diario y palpable caos circulatorio; y se apoya decididamente (aunque se diga lo contrario) un urbanismo disperso y de baja densidad, que devora recursos y propicia los desplazamientos en automóvil. La conservación de la biodiversidad en nuestro municipio también sigue siendo un tema objeto de preocupación, tras la firma del conocido programa de gobierno municipal denominado Compromiso por Yecla, la ZEPA “Estepas de Yecla” está amenazada de desclasificación, una propuesta vergonzosa que no se corresponde al siglo que vivimos, lo que ha motivado la elaboración de un Informe que presentamos en esta revista.
No menos intranquilidad provocan las intervenciones que por diversas concejalías del Ayuntamiento de Yecla se están efectuando en el Monte Arabí, destinadas a la explotación turística del mismo, incumpliendo los compromisos establecidos en la Comisión de Cultura y Patrimonio celebrada en junio de 2006, se carece de información y no se han establecido con carácter previo los Planes de Conservación y Gestión. A esto se une el riesgo de industrialización del entorno del Monte Arabí por la construcción de un parque solar a pocos metros de éste, lo que va a reducir considerablemente, entre otras cosas, el valor paisajístico de este paraje tan apreciado por todos los yeclanos.
Si la Concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible no quiere convertirse en una concejalía residual, deberá contribuir decididamente a resolver todos los problemas descritos y otros muchos, y deberá vertebrar un cambio radical en el modo de entender la conservación del medio ambiente y el desarrollo, interviniendo en el resto de políticas sectoriales municipales y propiciando la defensa de los intereses ambientales de nuestro municipio ante el resto de administraciones. Desde luego, si es así, contará con nuestro apoyo.
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