3 de octubre de 2006

La gineta en Yecla



LA GINETA (Genetta genetta), Linnaeus, 1758)
EN YECLA
Por Carmelo Lara Soler y Francisco José Carpena Chinchilla


Descripción.

Carnívoro perteneciente a la familia de los vivérridos, aproximadamente del tamaño de un gato mediano, de aspecto grácil y esbelto.
Presenta la gineta un pelaje moteado para pasar desapercibida en los claros oscuros del bosque, el fondo es de color gris ceniza mas o menos amarillento salpicando todo el cuerpo y el cuello unas alineaciones discontinuas de manchas negras, se ha citado que no resultan excepcionales los casos de melanismo (pelaje de fondo oscuro) en esta especie (Rodríguez, 2002). El estilizado cuerpo de la gineta finaliza en una larga cola anillada que utiliza como balancín y para equilibrarse en los saltos o carreras. Sus patas son cortas y finalizadas en cinco dedos que acaban en uñas semi-retráctiles, siendo las patas posteriores más musculosas ya que sobre ellas recae el esfuerzo de impulsar a la gineta en sus saltos. La faz presenta un aspecto anguloso acabada en un agudo hocico y en el que destacan las dos prominentes orejas de extremo redondeado muy efectivas a la hora de detectar posibles presas.
Según los autores que se consulten, las medidas del cuerpo de la gineta oscilarían entre 40 y 58 cm. Y la cola entre 36 y 48 cm. Siendo su peso bajo con respecto al tamaño oscilando éste entre 1 y 2´5 Kg., sin duda este peso liviano favorece su agilidad y capacidad de desenvolverse entre los árboles y roquedos.
Es un animal difícilmente confundible con otra especie puesto que en nuestra zona no hay ningún mamífero que presente un aspecto similar o siquiera parecido. (Blanco, 1998 y Rodríguez, 2002).



Hábitat.

La gineta se extiende por la mayor parte de África con la excepción del Sahara, selvas centro-occidentales, sureste del continente y Somalia, llegando hasta Arabia y Palestina, en Europa se localiza en toda la Península Ibérica y sur de Francia, aunque al parecer se encuentra en expansión y se han recogido citas de capturas en otros países del centro y norte de Europa.
Es considerada una especie muy adaptable en cuanto a la selección de hábitats encontrándose en roquedos, bosques, matorrales, setos fluviales e incluso en ocasiones en núcleos rurales o casas. (Blanco, 1998).
En el término municipal de Yecla la hemos localizado predominantemente en zonas boscosas, básicamente por pinares de Pinus halepensis, más o menos maduros y en algunos casos con un sotobosque densos de matorral noble mediterráneo, con presencia de roquedos y en menor medida en matorrales densos mediterráneos, con escasez o ausencia de arbolado donde también destacan en el paisaje algunas moles rocosas.
Poseemos un contacto con la especie en zona no forestal completamente ocupada por cultivos y que entre estos destacan numerosas parcelas plantadas de añejos olivos, desconociéndose si se trata de una cita meramente accidental por causa de un desplazamiento de este individuo entre zonas forestales o se trate de un ejemplar joven en dispersión post-reproductora, o de la posibilidad también de que este medio arbolado de los olivos sea ocupado por la especie. Aspecto éste último por confirmar.
Por lo general, y como ya hemos señalado, la presencia de la gineta en la zona de estudio suele ligarse a la presencia de roquedos y a masas forestales que permitan su ocultación durante el día. Estas zonas se caracterizan como sus hábitats habituales, pero como veremos en el apartado de alimentación, merodean, cazan y comen en las zonas agrícolas adyacentes a los territorios forestales, siendo aparentemente de gran importancia para la especie estos ecotonos donde el bosque da paso a cultivos o parcelas deforestadas.


Territorialidad.

Sobre el uso del espacio por parte de este vivérrido se han publicado diversos estudios, aportándose superficies medias muy dispares según el tipo de hábitat con que nos encontremos. En Doñana llegan a ocupar territorios de entre 0,7 y 14,7 kilómetros cuadrados (Palomares y Delibes, 1993) y entre 0,6 y 2 kilómetros cuadrados en la Sierra de Collserola en Barcelona (Camps y Llimona, 2004), en éste último trabajo, efectuado al igual que el otro con radiomarcaje, se establecen una áreas denominadas áreas núcleos, donde la gineta permanece al menos la mitad de su tiempo y que ocupan sobre el 20% del territorio total de campeo. En estas zonas se encuentran habitualmente las principales madrigueras y áreas de descanso.
Los territorios de campeo se solapan frecuentemente con los de otros individuos de distinto sexo, pero no ocurre lo mismo en el caso de las áreas núcleos y áreas de descanso donde especialmente los machos se comportan de forma excluyente hacia otros individuos del mismo sexo presentando mayor tolerancia hacia las hembras (Camps y Llimona, 2004). Esa permeabilidad de las áreas de campeo queda reflejada en un estudio de fototrampeo realizado en la misma Sierra de Collserola donde se han llegado a identificar hasta siete individuos distintos en una misma letrina, que a pesar de ser atraídos mediante cebos, en su mayor parte deambulaban habitualmente por la zona y fueron fotografiados en varias ocasiones (Pla, Llimona, Raspall y Camps, 2001).
Conocemos en el término municipal Yecla una letrina que presenta características que nos hacen pensar en un uso dilatado en el tiempo como ya se ha descrito (Rodríguez, 2002) y su uso por varios individuos por la gran cantidad de excrementos que se acumulan y la frescura de muchos de ellos. Esta letrina hasta la fecha es la única que presenta estas características de todas las conocidas en el territorio estudiado.
Por los análisis del contenido de diversos excrementos de gineta recolectados en dos puntos distintos en el término municipal de Yecla, es indudable que la gineta pese a su vocación forestal, incluye en sus territorios zonas agrícolas pues dichos análisis han aportado datos sobre consumo de diversos frutos y semillas de especies cultivadas como veremos en el apartado dedicado a la alimentación. Datos que contrastan con los ofrecidos para la Sierra de Collserola donde las ginetas básicamente utilizan zonas forestales incluyendo en éstas matorrales, maquias y bosques y rehúyen las zonas más humanizadas. (Camps y Llimona, 2004). Mucho más disonante con este estudio resulta el contacto mencionado en el apartado de hábitat, cuando pudimos observar un individuo en un paraje carente de cualquier cobertura forestal y totalmente ocupado por cultivos. Quizás y como ya hemos apuntado se trate de un individuo joven en dispersión, sobre los que se han descrito recorridos en línea recta de hasta 30 kilómetros, instalándose por lo general en los territorios menos favorables (Blanco,1998).


Costumbres.

En la bibliografía consultada se resalta la nocturnidad de la gineta en su actividad diaria (Blanco, 1998, Rodríguez, 2002), pero es los estudios realizados en Doñana y en Collserola a través del radiomárcaje donde se constata de forma fehaciente esta actividad nocturna, señalándose que en Doñana inician la actividad tras la puesta de sol y la finalizan tres o cuatro horas antes del crepúsculo y en la Sierra de Collserola indican una actividad desarrollada entre el ocaso y el orto solar, apuntándose también que las ginetas permanecen inactivas en el momento justo del crepúsculo y el alba. Son pocos los contactos directos que tenemos con esta especie, todos fueron nocturno salvo en una ocasión. En Doñana establecen un periodo de actividad diario del 28% con respecto a las 24 horas del día, cifra muy similar a la ofrecida en el estudio de la Sierra de Collserola donde aportan un porcentaje del 26%, aportando dicho estudio un periodo de actividad de la gineta que consume un 56% de la duración de la noche. Los periodos de máxima actividad se concentran en la primera mitad de la noche durante todo el año. (Palomares y Delibes 1993), (Camps y Llimona, 2004).
La gineta presenta un patrón de actividad nocturno casi continuo, que interrumpen frecuentemente para descansar, no viéndose alterado por variables metereológicas y donde se reflejan un mayor actividad en los individuos de mayor peso corporal (Camps y Llimona, 2004). La actividad desarrollada fuera del periodo de reproducción se centra básicamente en la captura o recolección de alimento, siendo su técnica de caza el rececho consistente en lentos avances con paradas periódicas para escuchar y olfatear, situándose a la distancia correcta de su potencial presa para iniciar una sucesión de saltos muy rápidos que acaban con el apresamiento a través de sus garras y un rápido mordisco en el cuello. (Rodríguez, 2002)
Durante el periodo reproductor aumenta el marcaje con heces del territorio y los controles olfativos. (Blanco, 1998) Es destacable la costumbre de este vivérrido de establecer letrinas habituales, algunas utilizadas durante generaciones y que por lo general se ubican en lugares altos y prominentes como señalaremos posteriormente.
A pesar de haber sido duramente perseguida como depredador y especialmente por su piel (Delibes, 1999), no se muestra excesivamente esquiva hacia el hombre, quizás por la razón de que se ha apuntado la posibilidad de que las ginetas convivieran con éste antiguamente haciendo el papel de los gatos domésticos (Rodríguez, 2002). En este sentido hemos de reflejar nuestra experiencia con el encuentro con un individuo de esta especie, al cual debimos de sorprender en un lugar de descanso diurno situado en un roquedo rodeado de espesa vegetación en la Sierra de las Pansas, el cual al ser descubierto se alejó pausadamente de nuestra presencia sin mostrar agitación ni prisa en su huida.


Alimentación.

La gineta está clasificada como un mamífero carnívoro, pero en realidad su dieta es bastante omnívora, incluyendo mayoritariamente presas pero no desdeña frutos u otros alimentos vegetales, se señala incluso la ingesta de desperdicios de origen humano. Consumen desde insectos a gazapos y lebratos, incluyendo musarañas, ratones, aves, lagartijas y anuros. Las aves capturadas generalmente son de tamaño inferior al de un arrendajo, aunque se citan casos de predación sobre nidos de busardo ratonero, aguililla calzada y azor (Blanco, 1998, Rodríguez 2002). En nuestra comarca se ha citado la muerte de tres pollos de gavilán y los adultos en un nido de la Sierra del Carche muy posiblemente predado en la noche, durante la primavera de 1993, por gineta (Martínez et al., 1996)
Los estudios consultados coinciden en que la base de la dieta de este vivérrido la constituyen los micromamíferos, especialmente el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), llegándose a afirmar que la gineta era un especialista en la captura de estos ratones, aunque lo más razonable sea pensar que la gineta a encontrado en esta abundante especie su presa base (Delibes, 1999, Blanco, 1998, Rodríguez, 2002).
Con el objeto de ofrecer algunas orientaciones concretas sobre la alimentación de de este mamífero, en el término municipal de Yecla, procedimos a escudriñar tres letrinas conocidas de esta especie. Hemos de señalar que no hemos realizado un análisis exhaustivo de los excrementos depositados en estos cagarruteros, sino que hemos procedido a recolectar restos visibles de animales consumidos por gineta, todos ellos extraídos de deposiciones en avanzado estado de descomposición bien por el tiempo, bien por la acción de insectos coprófagos. Se desestimaron otras dos letrinas, una por carecer de restos en las condiciones descritas y otra por encontrarse las muestras contaminadas por restos de alimentación de búho real ( Bubo bubo) y garduña ( Martes foina), también se desestimaron otras por presentar escasez de deyecciones o ser estas muy recientes y frescas.
Para la determinación de los restos vegetales presentes en los excrementos se recogieron muestras que se remitieron al Dr. Diego Rivera Nuñez, del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Murcia, el cual amablemente analizó las muestras y nos remitió los resultados, desde aquí queremos dejar constancia de nuestro agradecimiento a este profesor por su colaboración desinteresada. Los resultados obtenidos han sido los siguientes:

1º Restos de origen animal.
Sierra de Salinas.
Apodemus sylvaticus: 36.
Mus musculus: 8.
Crocidura russula: 6.
Mus spretus: 3.
Suncus etruscus: 2.
Roedor spp.: 2.
Paseriforme spp.:1.
Total presas: 58.
Porcentajes:
Apodemus sylvaticus: 62’06%.
Mus musculus: 13’79%.
Crocidura russula: 10’34%.
Mus spretus: 5’17%.
Suncus etruscus: 3’44%.
Roedor spp.: 3’44%.
Paseriforme spp.: 1’72%.

Las Condenadas 1.
Apodemus sylvaticus: 6.
Crocidura russula: 2.

Las Condenadas 2.
Apodemus sylvaticus: 14.
Mus musculus: 4.
Paseriforme spp.: 2.
Crocidura russula: 1.

Total Las Condenadas:
Apodemus sylvaticus: 20.
Mus musculus: 4.
Crocidura russula: 3.
Paseriforme spp.: 2.
Total presas: 29.
Porcentajes:
Apodemus sylvaticus: 68’96%.
Mus musculus: 13’79%.
Crocidura russula: 10’34%.
Paseriforme spp.: 6’89%.


2º Restos de origen vegetal.

Analizados por el Dr. Diego Rivera Nuñez, Dep. de Biología Vegetal de la Universidad de Murcia.


Las Condenadas.
1 Hueso de aceituna (Olea europaea).
Numerosas semillas de higo (Ficus carica).
1 fruto de Fumaria sp.

Sierra de Salinas.
2 Semilla de uva, (Vitis vivifera) posiblemente de la cultivariedad monastrell.
Semillas de higo (Ficus carica).
2 frutos de cebada cervecera y un amasijo de frutos inmaduros (Hordeum vulgare).
3 semillas de pino carrasco (Pinus halepensis) sin alas.
3 semillas de arveja, probablemente Vicia sativa.
1 semilla de leguminosa sp.
Varios gálbulos de Juniperus phoenicea y semillas sueltas.
1 fruto de lentisco, (Pistacia lentiscus).

Con todas las precauciones al no representar un análisis exhaustivo, pero si al menos orientativo sobre la dieta de la gineta en Yecla, podemos intuir que la mayor parte de su alimentación está compuesta por micromamíferos, entre los que destacan la presencia de Apodemus sylvaticus que representa el 64,36 % de la muestra obtenida, seguido por Mus domesticus con un ya lejano 13,79 %, los porcentajes de otras especies suponen el 20 % restante y se distribuye del siguiente modo: Crocidura russula el 10,34%, Mus spretus y los paseriformes el 3,44%, Suncus etruscus y roedores sp. El 2,29%, también es de señalar que por el procedimiento para la obtención de la muestra es posible que los paseriformes hayan quedado infravalorados, ya que las características óseas de las aves, impiden en muchos casos una conservación de los huesos tras pasar por el tracto digestivo. A pesar de observar numerosos restos de élitros, extremidades y otras partes queratinosas pertenecientes a insectos, no se han incluido los datos en la muestra por resultar harto complicado el calcular el número de ejemplares consumidos, o por aparecer estos restos en trozos minúsculos que formaban una amalgama inclasificable.
Es por lo tanto una muestra orientativa sobre las especies de vertebrados que son objeto de predación por parte de Genetta genetta.
Además de estos datos solo poseemos un par de notas sobre predación de gineta, uno el presunto ataque y destrucción de un nido y pareja de gavilanes en la Sierra del Carche y otra de una presa abandonada y parcialmente devorada encontrada en la Sierra de Salinas y que se trataba de un ratón de campo.
En cuanto al consumo de vegetales destaca inicialmente la relativa importancia con que aparecen diversas especies cultivadas, los higos (Ficus carica), uvas (Vitis vinifera), cebada (Hordeum vulgare) y aceitunas (Olea europaea), lo que a todas luces denota una capacidad notable de nuestra protagonista para aprovechar aquellos recursos que circunstancial o temporalmente son abundantes o accesibles en sus territorios de campeo, de igual modo, y específicamente en el caso concreto de la letrina analizada en Sierra de Salinas, es destacable que hay una considerable distancia desde la ubicación de ésta hasta los cultivos donde se ha alimentado, ya que en línea recta hay casi dos kilómetros hasta las parcelas de cereal más cercanas, pero a través de barrancos y lomas de pendientes muy acusadas. Por otro lado estas muestras de alimentación dejan meridianamente claro que la gineta abandona el bosque y se interna en los cultivos adyacentes en busca de estas fuentes alimenticias estacionales, por lo que la conservación de esta especie implicaría no sólo la conservación de los bosques donde mora habitualmente, sino que también ha de ser extensible a los cultivos próximos a estas zonas.
En cuanto a las especies vegetales silvestres halladas en las muestras analizadas por el Dr. Rivera, es destacable que aparecen diversas especies entre ellas Fumana sp., Vicia sativa, varias semillas y gálbulos de sabina negra (Juniperus phoenicea) y lentisco (Pistacea lentiscus), todas especies presentes en los bosques donde se ubicaban las letrinas. Aparecen también tres semillas de pino carrasco (Pinus halepensis) sin alas y que nos llevan a pensar que quizá fueran contenidas en el estómago de alguna presa devorada por la gineta, pues en el mismo análisis se señala la presencia de excrementos de ratón integrados en la muestra recogida y que solo pueden encontrarse ahí por hallarse en los intestinos de las presas consumidas, y es bastante difícil que este depredador se dedique a rebuscar las minúsculas semillas del pino. Ni que decir tiene que la gineta actúa como vector de expansión de las especies cuyos frutos consume.



Detectabilidad

La gineta es un animal eminentemente nocturno tanto es así que en los dos estudios consultados y que se han basado en el radiomarcaje de diversos individuos en la Sierra de Collserola y en Doñana indican una actividad casi exclusiva durante las horas comprendidas entre el ocaso y el orto. Por lo cual es una especie que presenta una detectabilidad baja, de la cual sólo atesoramos tres encuentros directos, el primero tuvo lugar durante un recorrido nocturno para constatar precisamente la presencia de mamíferos en el otoño de 1994 en la Sierra de Salinas, se trataba de un único ejemplar que cruzando la pista forestal se detuvo a unos cinco metros de nuestro vehículo y tras observarnos unos segundos procedió a efectuar un salto hasta el ramaje de un pino situado en la parte baja del talud, desde donde volvió a observarnos y se perdió entre el ramaje realizando unos ágiles y sorprendentes saltos, se trataba de una zona de bosque maduro de pinar con abundante sotobosque de matorrales de gran porte. El segundo avistamiento fue el ya mencionado encuentro con un individuo que cruzó la carretera de Montealegre en una zona que destaca por la ausencia de zonas forestales y que se halla plenamente ocupada por cultivos, ocurrió en plena noche y tuvo lugar a mediados de otoño de 1998, desplazándose con unos movimientos muy sigilosos de una lado a otro del vial, haciendo una parada en el borde del mismo, que aprovechó para observarnos con una mirada penetrante. El tercer encuentro tuvo lugar en la Sierra de las Pansas en octubre de 2004 y que como hemos comentado anteriormente se produjo a plena luz del día, posiblemente nuestra presencia en un roquedo rodeado de espesa vegetación, de difícil acceso, provocó que este ejemplar levantara su encame. Con una total tranquilidad se desplazó desde unos escasos cuatro o cinco metros de nuestra posición, con un andar parsimonioso y aparentemente sin mostrar signos de temor hacia nuestra presencia, hasta el punto de detenerse y obsequiarnos con una aguda mirada para a continuación seguir su camino, perdiéndose su silueta entre la maraña de matorral y pinar. Otras citas recopiladas por los autores, son las referentes a un individuo que ha sido observado en varias ocasiones, siempre de noche, cuando se acercaba a beber en una pileta de una casa situada en las faldas de Sierra de Salinas (Gómez, F. com. pers.)
En algunas ocasiones hemos encontrado huellas de gineta sobre sustratos blandos y húmedos, en el Arabí, Tobarrillas, El Serral y Sierra de Salinas. Éstas miden 3 por 2,5 cm. en el caso de la pata delantera y 3 por 3 cm. en las traseras, las huellas son similares a las del gato doméstico pero presentan cinco dedos aunque en la mayoría de ocasiones solo se imprimen cuatro, no hay presencia de uñas al ser éstas semiretráctiles y los dedos aparecen mas amalgamados que en el caso del gato. En los casos en que se imprime el quinto dedo es claramente excéntrico (Blanco, 1998).
Lo más habitual es detectar la presencia o de ginetas a través de sus peculiares excrementos, particularmente cuando estos se hallan en las características letrinas que la especie habilita en lugares prominentes de su territorio. Conocemos veintiuna letrinas diferentes distribuidas del siguiente modo: siete en Sierra de Salinas, dos en el Arabí, dos en la Magdalena, dos en las Condenadas, dos en el Cuchillo, una en Gavilanes, una en los Picarios, una en Tobarrillas, una en las Atalayas, una en las Pansas y una en el Puerto, estas se ubican en roquedos 80,9% (n=17), cuevas 9,5% (n=2), en una sima 4,7% (n=1) y en muro artificial 4,7% (n=1), de estos datos se desprende que es evidente la querencia de la gineta por los roquedos y promontorios pétreos para ubicar sus letrinas, de estas es destacable una de las ubicadas en Sierra de Salinas y de la cual conocemos su uso ininterrumpido en los últimos 12 años, además de ser la mayor en extensión y acúmulo de excrementos, no siendo aventurado afirmar que ha sido y es usada desde generaciones, a la vez que todo parece indicar que nos encontramos ante una zona donde diversas ginetas defecan, quizás como zona de contacto de varios territorios, también hemos de señalar que al menos dos de estas letrinas han sido abandonadas en los últimos cinco años sin que conozcamos la causa.
Los excrementos miden entre 6 y 13 cm. de largo llegando en ocasiones hasta los 20 cm. y presentan un grosor entre 1,5 y 2 cm. Son cilíndricos y alargados, de aspecto compacto y negruzcos cuando son frescos, blanquean con rapidez y se tornan quebradizos (Blanco,1998, Rodríguez, 2002) en ocasiones acaban en punta formada por una amalgama de materia vegetal muy característica, en un caso analizado en el apartado de alimentación del presente artículo éste estaba compuesta por frutos inmaduros de cebada (Hordeum vulgare).

Distribución en el Término Municipal de Yecla.

La gineta presenta una amplia distribución en el Término municipal de Yecla, asociada por lo general a masas boscosas, aunque en algún caso, ha sido detectada en parajes con escasez de arbolado, pero con abundante matorral y presencia de roquedos. Parece ser más abundante cuanto mayores y más maduras son las formaciones arbóreas, destacando entre todos los parajes locales la Sierra de Salinas, donde con más frecuencia hemos detectado su presencia, aunque también hay que señalar, que sin duda es uno de los espacios donde mayor esfuerzo de investigación se ha realizado.
Durante los dos últimos años, hemos realizado numerosas salidas al campo con el objeto de ampliar los conocimientos sobre los diversos mamíferos carnívoros dentro del Término, fruto de las incontables horas invertidas en ello es el siguiente listado de parajes donde se ha localizado esta especie, a dicho esfuerzo de investigación hay que añadir diversos comentarios personales de compañeros naturalistas que nos han aportado información también sobre la distribución de G. genetta en el territorio yeclano.
El listado de distribución, es provisional, pues hay varios espacios naturales, donde la presencia del vivérrido es más que probable por las condiciones ambientales del medio, pero que a nosotros hasta la fecha no hemos podido ratificar de forma clara, por lo tanto la presente distribución, puede ser objeto de futuras ampliaciones a otros parajes.
Los parajes donde hemos certificado la presencia de nuestra protagonista son: Sierra de Salinas, Sierra de las Pansas, Sierra del Serral, Las Condenadas, Picarios, La Magdalena, El Puerto, Gavilanes, Sierra del Cuchillo, Las Atalayas, Arabí y Tobarrillas. En datos publicados para el nordeste de la provincia de Albacete, donde varias cuadrículas UTM son compartidas con el término de Yecla, no se cita la especie (Barona, 2004), pero la misma está presente al menos en las que incluyen el Arabí y Tobarrillas.

Conservación.

Todavía hoy persisten numerosas dudas sobre el origen de la gineta en Europa, lo que parece estar claro, es que fue una especie introducida, si lo fue por fenicios, romanos o por los árabes no está todavía resuelto, y cruzó de África a Europa como animal semi-doméstico dedicado a la caza de roedores en las casas, hasta que el gato doméstico se hizo con ese espacio (Delibes, 1999). Lo que no tiene ningún género de dudas, es su perfecto engranaje en los ecosistemas del sur del continente, donde hoy es parte de los mismos.
La gineta está considerada como una especie no amenazada (Calzada, 2002). Se apunta que quizás hasta los años 70 del pasado siglo, disminuyó su población a causa de la caza, pero desde esa década ha ido recuperando sus poblaciones, al menos de forma aparente (Blanco, 1998). En este sentido, hay datos que confirman la muerte de numerosos ejemplares, durante la actuación tristemente famosa de la llamadas Juntas de Extinción de Alimañas, en España, así en la provincia de Soria, se ha citado la muerte de 23 ejemplares en 1955, y 111 en 1956, aunque según el autor, no todos estos ejemplares pertenecían a la especie, pues invariablemente no hacían distinción entre gineta y gato montés (Felis silvestris) (García. 1995), también en la provincia de Badajoz, y por campañas de envenenamiento con estricnina, se mataron 128 ginetas solamente en el año 1969 (Gragera, 2001). En este sentido, hay que señalar que se acometieron en Yecla, cerca de 60 campañas de envenenamiento entre los años 1830 y 1980, por lo que no es aventurado ni descabellado suponer que las ginetas de la zona se verían seriamente afectadas por estas actuaciones contra los carnívoros (Carpena, 2002).
En la provincia de Soria, la Junta de Extinción de Alimañas , pagaba 40 ptas. por cada ejemplar de gineta presentado y por cada piel, se pagaban en la misma provincia a finales de los años cuarenta del siglo XX, 50 ptas. (García, 1995). La gineta se convirtió en el mamífero carnívoro más capturado por los alimañeros después del zorro (Vulpes vulpes), llegándose a observar miles de pieles del vivérrido en almacenes peleteros, y los abrigos hechos con la piel de éste, eran más comunes (Delibes, 1999).
Para nuestra Comarca, lo único que hemos encontrado sobre la especie, son datos publicados, referentes a muertes o capturas de 1983-1984, que afirman que en esos dos años se capturaron 5 ejemplares en la zona (Martínez y Conesa, 1987).
Lo cierto es que hasta la fecha, y a pesar del notable trabajo de investigación en archivos históricos, no hemos encontrado ninguna referencia a esta especie en el término municipal de Yecla a raíz de su captura por los alimañeros, tampoco aparece citada en otros balances de “alimañas” extinguidas por la Asociación de Cazadores a los que hemos tenido acceso (Carpena, 2005).
Además de la muertes por disparos, trampas o venenos, hay que señalar como amenazas, los atropellos en carretera, pues la gineta ocupa el 10º puesto entre los mamíferos más atropellados en España (García, 1995). Por una especie muy ligada a los medios forestales, la pérdida de estos o la degradación del entorno inmediato, puede suponer una amenaza para la especie a más largo plazo y de más difícil recuperación, en nuestra opinión, la degradación de las zonas que rodean los bosques, por actuaciones urbanísticas desacertadas, pueden ser hoy por hoy la mayor amenaza para la especie en nuestra zona.
La gineta por su tamaño mediano, es presa a su vez de otros carnívoros, entre los que se citan, águila real, búho real, perros cimarrones y el lince ibérico, donde todavía éste sobrevive (Calzada, 2002).
La Gineta, se encuentra estrictamente protegida por estar incluida en el Anexo III del Convenio de Berna, ratificado por el Estado Español el 13 de mayo de 1986 y relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa y también figura en el Anexo V del R.D. 1997/1995 de 7 de diciembre, por el que se establecen medidas para contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres (Giménez, 2000).

Bibliografía.

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Barona Fernández, J. (2004) “Aportación al conocimiento de la distribución, estatus y problemática de los mamíferos carnívoros en el nordeste de la provincia de Albacete” Comunicación oral en las II jornadas del medio natural albacetense. Págs. 435-451. Ed. Instituto de Estudios Albacetenses “Don Juan Manuel” de la Excma. Diputación de Albacete.
Blanco, J.C. (1998) “ Mamíferos de España” Tomo I Ed. Editorial Planeta. Barcelona.
Calzada Sampeiro, J. (2002) “Genetta genetta (Linnaeus, 1758)” Pags. 290-293 en Palomo, L.J. y Gisbert, J. (eds.) 2000 “Atlas de los mamíferos terrestres de España”. Dirección General de Conservación de la Naturaleza, SECEM-SECEMU, Madrid.
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Rodríguez Piñero, J. (2002) “Mamíferos carnívoros ibéricos” Ed. Lynx edicions. Barcelona.

También como herramienta de trabajo, ha sido utilizado el sistema de identificación de parcelas agrícolas (SIGPAC), versión 1.5.0.0, de la página Web del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. M.A.P.A.

Agradecimientos.

Queremos reflejar aquí, nuestro sincero agradecimiento a las siguientes personas, sin cuyo concurso no hubiera sido posible completar este artículo. A los Dr. Diego Rivera y Francisco José Alcaraz, a nuestros amigos y compañeros José Villalba, Antonio Ortuño, Fernando Gómez y Antonio García.

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