A mediados de abril se ha constatado el desbroce de casi la totalidad del Jardín de la Casa de Fuenteálamo.
ADIOS A UN JARDIN HISTORICO, Nº 96 DE HUMEDALES Y FUENTES DEL MAPA ECOLOGICO DE YECLA (LIA 116)
Recuerdos que se aglutinan en la memoria del tiempo, algo escribí sobre este paraje ya hace tiempo….:
“Las hojas de los álamos se mecen acariciadas por la suave brisa del mediodía, las chicharras sustituyen a todos los trinos y las mansas aguas brillan resplandecientes a la luz del sol. El cerro tapa ahora la vista de la sierra, bajo él están los corrales costeados de chumberas y la casa de los Garijo (La Fuente Álamo) grande y blanca, antigua y hermosa, vigilada por un gigantesco pino centenario. Frente a la balsa, la caseta (lavaor) y la "fuentecica" de fresca agua dulce y potable (según un análisis de los padres escolapios de 1874 (1)) y un álamo negro, (que da nombre al paraje) apresado por una hiedra que lo escala hasta la misma copa la más alta del termino de estudio, de la que cuentan que aún lo sería más si un desafortunado rayo no la hubiera partido unas décadas antes. Es, el corazón de este paraje que mucha gente recordará por los baños de agua salobre que cerca de aquí se ubicaron. (…)
Dejando los baños nos encontramos un poco más abajo la "Fuentecica" con su agua dulce a la vera del camino, el agua discurre subterránea desde el cerro de La Flor hasta morir en la balsa de los Garijo. Entre viñas y olivares es posible ver algunos respiraderos. El agua es dulce, amigable, cristalina. Esperemos que por mucho tiempo. De la pocica a un lado del camino se esconde una caseta donde antaño se lavaba la ropa. Tejabana, vieja con sus incontables capas de cal, y de aquí a la balsa. La balsa verde la mayor parte del año guarda a su alrededor una inmensa variedad floral, allí se enardece, se amontona, vibra y se enredan: palmeras, álamos blancos, chopos negros, saucos, rosales silvestres, acacias, baladres, lirios, tulipanes, nogueras, tilos, avellanos, granados, higueras, cipreses, manzanos, olmos, caquis entre otros sumado a la huerta que va cambiando con las estaciones.
En los corrales de la casa solariega, blanqueada de cal, se echa de menos el canto del gallo, del pavo, los correteos de los conejos entre sus artificiales madrigueras y los montones de sarmientos y gavillas de verdugos de olivera y a la vera del camino atado al tocón de un olmo, el pollino, el pequeño borrico de color canela.
Frente a la puerta vigila un pino, quizás por varias veces centenario y al frente suyo el espigado álamo, entre membrilleros.
A ambos lados del camino una de las cuatro alamedas (olmedas) de la zona de estudio (Fuente la Negra, Baños, variante Rambla de Jumilla), esta es sin lugar a dudas la más importante, donde cientos de olmos se agrupan a ambas orillas del camino, hoy su número ha mermado tras el ensanche del camino, las talas, la grafiosis, entre otras causas. Allí se cobijan erizos, roedores, sapos, conejos y es dormidero de gorriones y otras aves.”
Y si permitís y sin hacer ninguna valoración sobre los hechos, solo mirad las fotografías.
José R. Díaz, pg. 5 y sig., extracto del libro inédito: “El Colorado” 1997.
Mapa Ecológico de Yecla
Eelementos destacables: Jardín relativamente antiguo, con valores estéticos dignos de consideración, asociado a la Casa de Fuenteálamo. destacan algunos árboles, como un chopo Populus nigra, un avellano Corylus avellana y otros grandes ejemplares. Presenta especies actualmente poco utilizadas en jardinería.
Protección legal:
- Las aguas continentales, tanto las superficiales como las subterráneas renovables con independencia del tiempo de renovación, forman parte del Dominio Público Hidráulico del Estado (art. 2 del Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, po el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Aguas).
- El Cordel de la Balsa Nueva, en el que podría estar incluida parcialmente, es una de las cuatro vías pecuarias clasificadas del término municipal de Yecla, existiendo un antiguo deslinde, aunque no está amojonada.
ANTES
DESPUÉS
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Hola, Arantxa de la familia Garijo, que penita me ha dado ver estas fotos, tuvimos que vender porque no quedaba más remedio, me gustaría saber si estan arreglando la casa, como me aseguraron, o como veo no dejan nada del encanto de la fuente álamo...
ResponderEliminarYo aprendí a nadar en esa balsa y en esos jardines disfrutábamos todos los niños del reparto de meriendas por la tarde a la sombra del gigantesco tilo, inolvidable la gran cesta roja donde podíamos escoger lo que queríamos merendar, quesitos, chocolate, Nocilla, salchichón, chorizo, membrillo etc, con nuestros bocadillos, repartidos por mi abuela Ángeles, jugábamos por el frondoso jardín mientras comíamos. El jardín estaba lleno de rosales que mi Tía Fina cuidaba con mimo y todos los días llenaba la casa de jarrones con rosas frescas, las que con su dedicación, jamás se marchitaban.
ResponderEliminarMultitud de recuerdos que se agolpan y que conservamos muy cerquita del corazón