El Monte Arabí, ubicado en el municipio de Yecla (Región de Murcia, España), es un enclave de gran valor ecológico y cultural. Con una altitud entre los 750 y 1065 metros s.n.m, este espacio natural, de poca extensión en el territorio y declarado Patrimonio de la Humanidad, Bien de Interés Cultural y Monumento Natural, destaca por su singularidad geológica y por albergar una gran diversidad de especies vegetales. Lo que refleja el éxito de la adaptación al clima mediterráneo semiárido.
Estrenamos 2025 con algunas de las especies más representativas de este entorno:
Encina (Quercus rotundifolia)
La encina es una de las especies arbóreas más características del paisaje mediterráneo. Este árbol de hoja perenne forma parte de los bosques esclerófilos y se encuentra bien adaptado a las condiciones de sequía y suelos pobres. En el Monte Arabí, la encina no solo aporta sombra y frescor, sino que también es fundamental para la biodiversidad local, proporcionando alimento y refugio a numerosas especies de fauna.
Retama común (Retama sphaerocarpa)La retama, es un arbusto de ramas largas y flexibles. Su capacidad para fijar nitrógeno al suelo, gracias a la simbiosis que crean sus raíces con bacterias del género Rhizobuim, convierte a esta mata en una aliada
clave en la regeneración de terrenos degradados. Durante la primavera, sus flores amarillas llenan el paisaje de color y de éstas emana un suave aroma que atrae a insectos polinizadores, desempeñando un papel crucial en el ecosistema. Tienes un artículo muy interesante sobre la retama
aquí.
Aulaga (Genista scorpius)La
aulaga, también conocida como aliaga o escoba, es un arbusto espinoso que forma matorrales densos. Sus flores amarillas intensas comienzan a teñir los campos a finales de abril, siendo un signo inequívoco de la primavera mediterránea. Además de ser una especie
resistente a la sequía, la aulaga, o aliaga, ofrece refugio a pequeños animales y aves, contribuyendo al equilibrio ecológico del Monte Arabí.
Lavanda (Lavandula latifolia)Una planta de gran valor ecológico y cultural es la
lavanda. Es muy aromática y se ha utilizado en la fabricación de aceite esencial para tratar heridas y golpes, entre otros usos. Sus espigas florales, de un característico color violeta, desprenden un aroma inconfundible que atrae a abejas y otros polinizadores. Esta especie, que prospera en terrenos calizos y soleados, es un
ejemplo perfecto de la adaptación de la flora mediterránea a las condiciones del Monte Arabí.
Esparto (Stipa tenacissima)El
esparto es una gramínea perenne que también podemos encontrar en el Monte Arabí. Fácil de identificar por su atocha apical a modo de plumilla. Característica de los paisajes semiáridos, esta planta no solo es resistente a la sequía sino que también
desempeña un papel importante en la conservación del suelo, ya que ayuda a prevenir la erosión. Además, el esparto tiene una larga tradición en la fabricación de fibras y cestería, siendo un recurso natural valioso
Autor: Miguel Angel Masegosa Martínez
Romero (Rosmarinus officinalis)
El romero es una de las plantas más icónicas del Monte Arabí y de la flora mediterránea en general. Este arbusto aromático, de hojas estrechas y flores azuladas, es bien conocido por sus usos culinarios y medicinales. En el entorno natural, el romero es fundamental para la fauna local, proporcionando alimento y refugio a numerosos insectos y pequeños animales.
Y es que el Monte Arabí es un verdadero
mosaico de biodiversidad donde conviven especies adaptadas a las condiciones del clima mediterráneo semiárido. Desde los imponentes árboles como la encina hasta los más humildes arbustos y hierbas como el esparto, la aulaga o la retama, cada planta desempeña un papel esencial en el equilibrio ecológico de este espacio natural.
Conservar y valorar esta riqueza botánica es un deber ecológico, y una manera de preservar el patrimonio cultural y natural para las generaciones futuras.
Por Blanca M. M. Ortín
Fuente: García Serrano, A., et al. (1999). Vegetación del Monte Arabí. En F. J. Carpena Chinchilla, A. García Serrano & J. Pujante López (Eds.), Las claves del Monte Arabí (p. 80). ANIDA.
